domingo, 21 de noviembre de 2021

 

Un día como hoy, 21/11/1694, nació Francois-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, uno de los pensadores más influyentes de su época. Fue un intelectual comprometido, que puso varias veces en juego toda su seguridad y el gran prestigio ganado como hombre de letras, por denunciar injusticias y abusos de poder. Con su activismo pretendía transformar la realidad político-social, particularmente de Francia. Fue un intelectual «mediático», un maestro en saber llegar a la «opinión pública» través de  las gacetas, libros y cartas (las redes sociales de aquél entonces). Muy irónico e imaginativo, fue el inventor de la famosa anécdota  de Newton descubriendo la ley de gravedad al caerle encima una manzana del árbol bajo cuya sombra reposaba.  Durante las dos últimas décadas de su vida, Voltaire se consagró a expandir por Europa, bajo distintos pseudónimos, una serie de escritos que fueron desaprobados, prohibidos y quemados, liderando campañas a favor de víctimas de atropellos judiciales, movilizando a una opinión pública que recién comenzaba a tenerse en cuenta. Participó en todos los combates contra el fanatismo, intolerancia y abuso de poder. Su única arma era una ironía dialéctica, que le costó estar un año preso en la Bastilla (1717) y tener que huir años después a Suiza para no volver a ser aprehendido.



Era un auténtico librepensador, que veía en la historia una fuente para aprender de los errores del pasado, entre ellos las Guerras de Religión que asolaron Europa occidental y norte de Europa, entre 1524 y 1697, iniciadas en simultáneo con la Reforma protestante. Si bien no siempre guardaron relaciones entre sí, todas estas guerras estaban fuertemente influidas por los cambios en el paradigma religioso y el conflicto y la rivalidad a que dieron lugar.

En su Tratado sobre la tolerancia (1763), Voltaire escribe: Para que un gobierno no tenga derecho a castigar los errores de los hombres, es necesario que tales errores no sean crímenes: sólo son crímenes cuando perturban la sociedad: perturban la sociedad si inspiran fanatismo; es preciso, por lo tanto, que los hombres empiecen por no ser fanáticos para merecer la tolerancia.” Luego agrega ”No cabe mostrar ser tolerante con el fanatismo”, que es lo mismo que dos siglos después dijera Popper Tenemos por tanto que reclamar, en el nombre de tolerancia, el derecho a no tolerar la intolerancia.” (La sociedad abierta y sus enemigos” (1945). Claro que Popper se refería a los fundamentalismos contemporáneos, los gobiernos totalitarios (nazis, comunistas, fascistas y populistas en general).


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